“La vida es como una caja de
chocolates (nunca sabes lo que te va a tocar)” - Forrest Gump, 1994
Un día aquí y otro ya no estás.
Un día amas a alguien y de pronto… se fue. Un día en el sol, otro en la niebla.
Las vueltas de la vida que le decimos. Y
es así, sacas un chocolate y te toca una delicia, el siguiente tal vez, será
una porquería.
Al final, algo que siempre se podía rescatar
del cándido Forrest, es que a pesar de las pruebas que le ponía la vida, bien
crueles algunas, él, bien digno, seguía adelante a punta de esfuerzo y unas
ganas que casi llegan a lo absurdo. Y a pesar de la guerra, la muerte, las
cartas sin responder, la distancia, etc. él siempre siguió adelante.
Por ahora, seguiré “echándole
ganas”, a ver si la caja de chocolates se reconcilia conmigo, a ver si aprendo
a escoger, si me pongo a correr a ver quién me va a parar... o quién va a
correr conmigo.
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